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Casi un tercio del clúster gallego de la automoción está en suelo portugués

La organización sectorial es matriz de 27 filiales lusas, todas proveedoras de PSA.

in La Voz de Galicia, por M. Sío Dopeso, 28-03-2016

La industria gallega del automóvil tiene más de un pie puesto en Portugal, y su avance hacia el país vecino parece imparable. Un informe de carácter interno de Ceaga, el Clúster de Empresas de Empresas de Automoción de Galicia, cifra en 27 el número de proveedores de componentes de matriz gallega que están ya instalados en suelo luso. Además, hay al menos otras tres multinacionales que están ampliando su capacidad de producción en este país.

El análisis encargado por esta organización sectorial, integrada por 106 fabricantes, y que acaba de recibir casi 4 millones de euros de la Xunta para fomentar la creación de empresas innovadoras en Galicia, justifica la fuga de inversión hacia Portugal como una cuestión de supervivencia, como consecuencia de la presión en materia de precios que ejerce su principal cliente, la planta de PSA Peugeot Citroën de Vigo.

«Hoy existe un entorno de presión en la industria de componentes y auxiliares, orientada a la bajada de costes», señala el documento que explica la pérdida de competitividad de las empresas gallegas, frente a las implantadas al otro lado del Miño por un factor clave el coste de la mano de obra, inferior en el norte de Portugal en casi un 50 % por un doble efecto, la menor masa salarial, y el mayor número de horas trabajadas.

Costes laborales

«La mano de obra puede representar entre un 20 y un 40 % del total e los costes de producción», afirma el estudio. Dentro del apartado laboral, el informe encargado por Ceaga considera que la fuerza sindical juega en contra del sector gallego. «Es significativamente superior que en el norte de Portugal -mayor número de huelgas y existencia de la figura de liberados sindicales-, lo cual resta horas productivas.

El sector de componentes de automoción genera una importante cifra de facturación y empleados directos en ambas regiones. En la comunidad gallega, la industria registra unas ventas anuales de cerca de 3.000 millones de euros, frente a los casi 2.000 millones que generan en ventas de piezas los fabricantes portugueses.

Llama especialmente la atención la comparativa del dato de empleo, mayor en el país vecino, en donde la plantilla total suma 13.300 trabajadores, que en Galicia, en donde la mano de obra de la industria de componentes está cifrada en cerca de 12.000 puestos de trabajo.

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Pero existen más factores determinantes, como el precio del suelo. «La diferencia es muy pronunciada, entre 30 y 40 euros por metro cuadrado, en Portugal, frente a 150 euros, en Galicia», sostiene el informe, que llama la atención sobre algo que está ocurriendo, y es que «en el norte de Portugal, el suelo puede llegar a ser gratis en determinadas condiciones de tamaño de la industria y generación de empleo local».

Peligrosa presión de PSA

Como consecuencia, la decisión de invertir a uno o otro lado de la frontera puede suponer una diferencia de hasta un 40 % del coste total de producción, a favor del norte luso.

La amenaza está clara. El efecto de un país considerado low cost al lado de casa, sumado a una elevada dependencia de PSA Peugeot Citroën, y a la presión que ejerce el fabricante francés para reducir costes, en favor de la competitividad de la planta de Vigo «hace necesario que el sector actúe de forma inmediata para reducir la diferencia de competitividad existente con el norte de Portugal», apunta el documento que maneja Ceaga, que lanza una seria advertencia: si no se actúa de forma rápida, se incurre en el riesgo de incentivar cuantiosas inversiones en el constructor (PSA), pero poniendo en peligro una industria de componentes que representa el doble del empleo que genera el fabricante».

¿Qué hacer ante este complicado panorama? La conclusión de los analistas es que toca apretar más el cinturón, sobre todo a nivel salarial. Entre las medidas propuestas, a corto plazo, plantea la necesidad de un ajuste de la masa salarial y, en el medio plazo, «mantener el esfuerzo de contención del gasto laboral».

Considera necesario también abordar la modernización productiva del sector , favorecer el desarrollo tecnológico y garantizar la competitividad del suelo industrial.

Fuentes del sector reconocen que la situación de pérdida de competitividad frente a los proveedores lusos se ha hecho más difícil desde la llegada a la presidencia de PSA Peugeot Citroën del portugués Carlos Tavares. Él es el responsable de la creación del denominado Polo Ibérico de PSA, que agrupa bajo la dirección de la factoría de Vigo a las tres plantas del grupo en la península: Vigo, Madrid y Mangualde (Portugal). La intención es fomentar sinergias entre las fábricas, pero también entre sus proveedores. Muestra de ello es que la planta de Vigo ha logrado la adjudicación de una nueva gama de furgonetas de Peugeot, Citroën y Opel, por presentar una oferta conjunta con Mangualde que la hizo más competitiva en costes.

«Existe un entorno de presión en la industria de componentes para rebajar costes»

«Es necesario un ajuste de la masa salarial y una mayor contención del gasto laboral»

Las ayudas a la inversión a fondo perdido son un 10 % más altas en Galicia que en Portugal

No todo son desventajas respecto a sus competidores portugueses para las empresas del Clúster Gallego de Componentes de Automoción (Ceaga). El informe que maneja esta organización sectorial revela que las ayudas a la inversión material a fondo perdido existentes en Galicia son superiores a las disponibles en el norte de Portugal.

Concretamente, según este documento de análisis, «las empresas en Galicia se benefician de una ayuda a la inversión media del 15 %, mientras que en el norte de Portugal, debido a las restricciones de financiación impuestas, la ayuda media a la inversión es del 5 %».

En el caso de la comunidad gallega, las principales fuentes de incentivos a la inversión empresarial del sector son las ayudas del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) y el programa Feder de incentivos regionales de la Unión Europea que contempla un presupuesto de 130 millones de euros disponibles para pymes gallegas, para el período 2014-2040 (con un límite del 15 % de subvención del total invertido).

La Xunta ofrece también ayudas a través del programa Galicia Invierte, que otorga una subvención máxima de 2 millones de euros, combinable con fondos de inversión.

Obligados a devolver

La Administración lusa es también más exigente a la hora de pedir compensaciones por las subvenciones destinadas al sector. Un ejemplo: en el año 2012 el Gobierno de Portugal decidió retirar las ayudas fiscales concedidas a la factoría de PSA Peugeot Citroën de Mangualde, por incumplir un plan de inversión que recibió el aval del Estado portugués. El ministerio de Industria hizo extensiva hará extensiva esta medida otras cinco empresas, entre ellas, Faurecia Sistemas de Escape Portugal, proveedor de la multinacional francesa.

La planta de PSA Vigo cuenta con el apoyo económico de la Xunta y del Consorcio de la Zona Franca de Vigo (a través de obras e infraestructuras) para el triple lanzamiento de furgonetas que la factoría gallega empezará a fabricar en el 2018. Ni PSA ha cifrado la inversión del proyecto, ni la Administración gallega ha difundido el valor de las ayudas comprometidas.

En el año 2009, la Xunta apoyó con 40 millones de euros a fondo perdido un proyecto de inversión de PSA para 4 lanzamientos en Vigo, por un importe de 1.062 millones.



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